Abre la ventana la alegría. Pero dónde está, ha tenido qué ser ella. Quién más abre ventanas.
La encontraremos por mucho que se esconda, quiere jugar un rato harta de esconderse en su cajón con polillas. Redondea respuestas, acabará mostrándose antes de entornarla y quedará orquestada en la memoria.
Quién no es propietario de una tela de araña en el recuerdo, diplomada en belleza. La araña se fue dejándonos su obra.