Descripción
En el espigón lejano
las luces flotan
sobre la línea del horizonte,
señalan el límite profundo del mar
y la hondura de la nostalgia.
De noche titilan
junto a luminarias
que encarnan el deseo
y la condición humana.
Las luces del espigón
abren paso al vacío,
a la soledad del aire,
al ruido cercano del universo.
Ajenos a la lujuria de los días
y al paso oscuro de las horas,
agarran como una escarpia,
el espacio y la negrura hueca
del ruido eterno.