El rincón de Vitruvio<link href='https://www.blogger.com/dyn-css/authorization.css?targetBlogID=3629050959945443839&amp;zx=41cc92d8-655e-4379-b6c4-03cc6d669981' rel='stylesheet'/>
Casablanca (1942)
Pues sí me has sorprendido un poco, Ugarte.
Pero es que todo aquí es sorprendente:
el héroe con causa,
dispuesto a ser cornudo y no enterarse;
el pianista que no quiere
reingresar en su mejor canción;
el más bien improbable
regente de un local llamado El loro azul,
recién salido, se diría,
de otra película y de otro pájaro;
un gendarme corrupto con cuya amistad
todos hemos soñado; el propietario
del único bar en el mundo
que aún estaba a esas horas abierto,
bar que es imán y tapadera, trampa
que se tiende hacia ella o que ella despliega.
Y ella, una mujer que vuelve sin volver y es,
no una invitación al pecado: una orden terminante,
que inverosímilmente nadie acata.
Ah, y al fondo París, que era una fiesta.