Cuando llegues, de Carlos Cortés García-Moreno

DÉJAME



Déjame amarte lento
con el brillo en tus ojos
como el turista mira la ciudad nueva
con la ilusión de un niño cumpleañero

Déjame amarte a sorbos
en algunos momentos
con tu cara de niña, al abrir la ventana
estrenar cada día una sonrisa franca

Déjame amarte un rato
como loco, a deshora
asomarme anheloso al quicio de tu alma
y tener mismamente el tacto de los ciegos

Déjame amarte luego
también en despoblado
con la melancolía del medio de la vida
compartir las tristezas, las penas y las nubes
besarnos con el agua mojándonos el rostro

Déjame amarte siempre
envejecer contigo
y un día si es que noto tal vez tu cuerpo frío
cerrarte al fin los ojos
o que tú me los cierres, si es que notas
tal vez mi cuerpo frío